Wednesday, May 9, 2012

La Canción de la Calle

Good evening amigos!

     Unas las cosas que he escuchado desde comenzar a venir para trabajar aquí en Nicaragua hace casi cuatro años ya siempre ha sido, "No des dinero a la gente rogando en la calle." o, "No les mires en los ojos porque eso les llama la atención." Como cristiano eso me suena bastante feo, pero entiendo muchas veces que ellos pueden haberse metido en la droga, ser alcolicos, ser hábiles para trabajar, etc. Entonces encontré otra forma de tratarles: conocerles y conectarme con ellos. Pensé en lo que Jesús dijo en Lucas 4:18(El cotizó Isaias 61:1-4).
"El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;" El versículo contiene más, pero vi que esto fue la primera cosa que dijo de todos y el más fácil hacer de todas la cosas que él cuenta que haría. Pues ahora cuando tengo el tiempo, les pregunto a estas personas cómo se llaman y si hay algo por lo que les puedo orar porque no hay nada imposible para Dios.
     Los que ruegan tienen su lugar. Allí se ubican y siempre les puedo encontrar. El primer hombre usa muletas aunque tiene dos piernas. Una parece que está mala y queda guindada sin tocar el piso. Irónicamente se queda rogando frente al Ministerio de trabajo. Le veo mucho. El me contó su problema. Va tener cirugía el lunes que viene. Es divertido porque él me sigue diciendo, "¡Estoy emocionado porque Dios me va a sanar!" Me inspira su fe. Después de cambiar la relación que tenemos, él dejó de pedirme dinero. Cuando lo veo ahora, él me saluda con una sonrisa diciendo, "¡Que Dios te bendiga!"
     El otro viene para limpiar las ventanas de mi camioneta. Me frustaba mucho esta gente porque me las lavan nueve veces al día, si lo necesito o no, si lo quiero o no, aún si les digo que no lo hagan. Luego me piden dinero sobretodo dolares. No me gustaba eso porque creía que era racista, pero cambié mi forma de pensar. Hablé con uno quien siempre está por un semáforo que paso frecuentemente. Algun día me pidió oración por su mamá quien estaba en el hospital. Hace dos semanas que él reconoció mi camioneta del otro lado del semáforo y vino corriendo en medio del tráfico pesado para contarme algo. "¡Mi mamá está sana! ¡Ya salió del hospital!" Y después lavó mi ventana con una sonrisa grande, y yo sonreí también aunque tenía que ser la novena vez que se me la había lavado.
     Les vi los dos hoy en el camino, y me pusieron bien alegre. Ya veo que Dios puede usarnos en cualquier momento para alcanzarle a alguien o para fortelecer la fe de ellos, incluso la hora de pico. También he aprendido que muchas veces percibimos a algunas personas solamente como una molestía y olvidamos que ellos son hijos del Señor. Pueden ser ovejas perdidas, pero no les buscamos. Ellos también necesitan el amor de Cristo, y no les quiero fallar en eso.

Il Dio le benedice,
Seth
   

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